martes, 2 de febrero de 2010

Cine

Como ya apuntamos en entradas anteriores, las series y el cine usadas en clase con valor didáctico suponen un gran recurso para aprender. Para seleccionar qué verán nuestros alumnos, debemos tener en cuenta varios factores: claridad del idioma, tema interesante y relacionado con lo que se está estudiando y preferencias de los alumnos. Se puede hacer una encuesta previa sobre lo que les gustaría ver y esto se debe tener en cuenta para hacerles ver que son partícipes del transcurso de las clases.

Antes de ver la película o episodio de una serie, se les debe poner en antecedentes y darles una excusa ver el video, tenemos que procurar despertar un interés en ellos. Si vemos una película, debemos ir haciendo pausas para no saturarlos de información y para ir explicando cualquier punto que consideremos relevante.

Una vez finalizado, podemos realizar una serie de preguntas de comprensión, para garantizar que se ha entendido globalmente. Tras esto, los alumnos pueden hacer un resumen, descripción de los personajes y continuaciones alternativas de la historia.

Después, se extraerán una serie de temas relevantes para debatir en clase. El debate se desempeñará de un modo organizado y cronometrando las intervenciones de los alumnos para que no monopolicen el tiempo. El profesor se encargará de que se respete el turno de palabra, de otorgarla y de que el debate transcurra de acuerdo a las reglas establecidas de antemano.

Dando la nota


La música es un elemento cultural muy importante que no debemos ignorar a la hora de aprender un idioma. A partir de las canciones podemos conocer muchos aspectos del idioma que será de gran interés para los alumnos. Además, hacer uso de canciones en el aula supondrá una variación temática notable.

Podemos realizar multitud de ejercicios, desde los ya típicos y más que conocidos "rellenar huecos" hasta otros menos usuales como, ponerle el título, seguir la historia, etc. A esto se le añadirán una serie de ejercicios basados en expresiones y vocabulario de las canciones que los alumnos irán adquiriendo y tratando de usar en otras situaciones diferentes. También podemos realizar un concurso en el que los participantes deberán investigar sobre grupos nuevos para ellos y más tarde cantar las canciones. También habrá un jurado que valorará la actuación y exposición y hasta unos premios para los ganadores. ¡A cantar!

Tarjetas de conversación

A continuación presentamos un video tutorial que nos ilustra cómo hacer tarjetas personalizadas de conversación para cada grupo en concreto. Al poder hacer uno mismo los tableros, la personalización es absoluta y podemos introducir preguntas gramaticales, sobre cultura, vocabulario o cualquier aspecto que se desee. También se pueden agregar fotos de nuestros alumnos. En este ejemplo podemos ver la elaboración de un juego de mesa.



A pesar de que el video es algo largo, merece la pena intentarlo y usar los recursos TIC tan ventajosos hoy día en la enseñanza y el aprendizaje de idiomas.

lunes, 1 de febrero de 2010

Aprender jugando


Otra manera eficaz de reforzar y recordar vocabulario es mediante los juegos de diversos tipos. En esta ocasión, presentamos un crucigrama sobre la comida española.

Prueba a completar el crucigrama.

La temática puede ajustarse a los términos que se hayan visto en el aula y se pueden preparar entre todos los alumnos o dividiendo por grupos o parejas. De esta manera les haremos partícipes de su propio aprendizaje.

Otro juego posible que también favorecerá la práctica oral será el uso de tarjetas de vocabulario con un dibujo y una serie de términos que el estudiante no podrá decir. Podrá definir la palabra de todas las maneras que encuentre, pero siempre evitando decir las palabras prohibidas. El profesor u otro alumno deberá vigilar que se cumplen las reglas.

Cualquier otro juego de mesa: trivial, parchís, oca, monopoly, etc. puede por supuesto cobrar un valor didáctico siempre que lo convirtamos en vehículo de aprendizaje y práctica de comunicación real.

¿Realidad?

Al aprender un idioma, se suele hacer uso de los típicos "role-play" que tanto pueden divertir a la par que enseñar a nuestros alumnos. Dependiendo de lo que el profesor se quiera involucrar o de su imaginación, este enriquecedor ejercicio se puede desarrollar con mayor o menor significatividad para los alumnos.

Lo que propondremos en clase será una serie de situaciones que los alumnos previamente habrán trabajado y visualizado a modo de ejemplos en videos varios. Estas situaciones serán de la vida cotidiana, tales como ir de compras, coger el autobús, preguntar una dirección, pedir en un restaurante, etc. Además de éstas, los propios alumnos deberán sugerir otras situaciones que consideren de interés para ellos. Es muy importante que lo que se practique sea real y no un simple ejercicio de representación de un "teatrillo".

Cuando los alumnos hayan representado las situaciones en clase, se puede dar un paso más, y pedirles que se graben en situaciones reales para verlas y analizarlas después en clase y para que comprueben la conexión existente entre aula y vida real.

Para acabar con este apartado de gran atractivo para el alumno, se pueden proponer encuentros de conversación con otros estudiantes de español de otros países más allá del ámbito de la clase. Habrá que analizar las posibilidades de cada grupo, pues puede variar en cada caso, pero muchas academias realizan estos ejercicios con gran éxito. Parece que los alumnos se desihiben al encontrarse lejos del ambiente formal de la clase y se centran más en comunicarse que en producir frases gramaticalmente correctas.

Este ejemplo puede servir como orientación y práctica:

Aquí encontramos un ejemplo de situación (ficticia) grabada por estudiantes:

Como últimas reflexiones nos preguntamos: ¿qué es más importante, que la comunicación se lleve a cabo a pesar de que existan errores gramaticales o cuidar el discurso sin errores sin importar la comunicación? ¿Qué importancia daremos al error y cómo enfocaremos su corrección en nuestra clase?